Sobre mí

Hola, soy Dorothee,

originalmente soy de Alemania, pero vivo en Ecuador desde hace más de 15 años. Aquí me quedé después de un voluntariado en 2008/2009 para estudiar psicología y luego he trabajado como psicóloga clínica en varias instituciones públicas y privadas del país.

Mi enfoque siempre fue en las relaciones, la comunicación, las dinámicas familiares y cómo superamos juntos los retos de la vida. Nadie es una isla, siempre estamos conectados de alguna manera y tenemos que resolver asuntos con otros y esos procesos me fascinan.

Durante los años que pasé en el extranjero, también me influyó mucho la experiencia intercultural. Tomo el pensamiento estructural y analítico de mi país de origen. En mi país de elección, he aprendido a ser más calmada, acogedora y atenta. Conciliar las diferencias y aprender de ellas o intercambiar ideas al respecto me encanta.

Además del diálogo abierto y las buenas conversaciones, me gusta explorar la naturaleza -en Ecuador eso se puede hacer especialmente bien en la selva tropical o en caminatas por la región andina-, disfruto del yoga, la escalada deportiva y me encanta el buen café.

¿Por qué en línea?

De alguna manera, nunca fui una psicóloga con un consultorio "normal". Antes de la atención en línea, trabajé en instituciones educativas y ONGs. Siempre como parte de un equipo. A menudo hacíamos visitas a domicilio, porque muchas de las familias con las que trabajábamos no podían o a veces no querían venir a vernos debido a sus condiciones de trabajo y de vida en general. Pudimos generar confianza visitándoles en sus casas y tomando café juntos en la sala acariciando los gatos. Esto me enseñó que los procesos de asesoramiento pueden tener lugar de formas muy diferentes.

Opté por el asesoramiento en línea en 2020, durante la pandemia, porque era una buena alternativa para continuar con mi trabajo y estar más cerca de mi hijo al mismo tiempo. Por aquel entonces, yo misma ya tenía experiencia de trabajo en línea, tanto como terapeuta como en mis propias sesiones de supervisión y terapia, que habían tenido lugar todas en línea desde el coronavirus, y me sorprendió lo bien que funcionaba.

Con el tiempo me di cuenta de que, al trabajar en línea, otros expats acudían más a mí porque buscaban a alguien quien conoce mejor sus desafíos. Por ejemplo, estudiantes internacionales, parejas binacionales o familias que habían emigrado.

¿Por qué Dialogar y Construir?

El concepto del diálogo que construye resume mi enfoque de trabajo en dos palabras.

El diálogo y el lenguaje nos construyen. Como seres sociales, estamos en constante diálogo con los demás y nos nutrimos del intercambio de conceptos y significados. Nuestras ideas surgen del diálogo o, mejor dicho, así es como se co-construyen.

Todas las ideas: quién soy, qué me gusta, para qué sirvo, cómo funciona el mundo. Todas nuestras creencias y convicciones han sido y son influidas cada día de nuevo por el intercambio lingüístico con los demás.

Una nueva conversación puede remodelarnos o conmovernos si se lo permitimos.

Gran parte de mi trabajo consiste en reconocer qué historias nos contamos sobre nosotros mismos, nuestro entorno o nuestra pareja. Es un proceso de exploración y te puedes dar cuenta, hasta qué punto influye en tus pensamientos y acciones con los demás.

Mi Visión

Más personas que son felices en su relación porque se les permite ser ellas mismas, porque puede haber diálogo y hay interés y curiosidad mutuos, así como voluntad de dar forma a la relación juntos.

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