... y por qué es crucial conocerlas?
En toda relación hay no negociables
En toda relación hay temas en los que no están de acuerdo y sobre muchos aspectos no tienen que estar en acuerdo total. Una forma de abordar puede ser “el acuerdo sobre el desacuerdo”. Sin embargo, también hay temas en los que para ti es muy importante que tu pareja esté de tu lado y respeta o incluso comparta tú mismo punto de vista. Éstos serían tus puntos no negociables. Si no llegan a un acuerdo, el contrato se rompe y la relación no puede continuar.
Estos principios no negociables existen en toda relación y sirven de base para el bienestar personal y el respeto mutuo. En este post, quiero compartir mi experiencia sobre la importancia de estos "dealbreakers" y por qué es tan importante conocerlos y defenderlos.
El autoconocimiento como punto de partida
Para saber cuáles son los factores que rompen los tratos hay que conocerse bien a uno mismo. Se trata de reconocer tus propios valores, creencias y mis límites Para eso ayuda mirar atrás a relaciones anteriores o temas de discusión que siguen surgiendo para ti. Estas situaciones te dicen mucho sobre lo que es importante para ti y con lo que NO te sientes cómodo.
Puede ser, por ejemplo, que ciertos valores religiosos o espirituales sean indispensables para ti o, por el contrario, que no podrías estar con una pareja demasiado religiosa. También puede tratarse de ciertos comportamientos, como ser despectivo con otras personas, celos u otras formas de control. Si abordas el tema con tu pareja, no llegan a un acuerdo. No tiene por qué ser motivo de ruptura. Sin embargo, si te das cuenta de que esta actitud es tan esencial para tu pareja como lo es para ti cambiarla, la decisión depende de ti.
Comunicación y claridad
Conocer los propios límites significa tenerlos en cuenta y comunicarlos claramente a la hora de elegir pareja y durante el transcurso de la relación. Un diálogo abierto sobre los propios límites al principio de una relación crea claridad y comprensión. Estas conversaciones deben llevarse a cabo sin reproches y con respeto, porque tener valores distintos no nos debe convertir en rivales o enemigos. Una conversación sincera puede ayudar a evitar malentendidos y a comprender si los valores fundamentales y los objetivos vitales están alineados.
Asumir responsabilidad
Asumir la responsabilidad de tus propios límites significa aceptar las consecuencias cuando se traspasan. No es tarea de tu pareja ajustarse a tus límites si no son compatibles con sus propios valores. Tu pareja es libre y tiene derecho a pensar lo que considere correcto. La decisión de estar con alguien, aunque no comparta los mismos valores o incluso los contradiga, depende de ti. Tú decides y eso significa que también debes estar preparado para reconsiderar la relación si no se respetan tus límites más básicos.
El peligro del cambio
Intentar cambiar o persuadir a tu pareja no sólo es injusto, sino que está condenado al fracaso. La gente cambia por su propia motivación y no porque tú se lo exijas. Si te quedas en una relación en la que se ignoran constantemente tus puntos de ruptura, corres el riesgo de caer en un ciclo de culpa y desprecio.
Establecer límites
Poner límites es un acto de autocuidado. Demuestra que eres consciente de ti mismo y que te respetas. Es importante que dejes claro a tu pareja lo que puedes tolerar y lo que no. Tener límites no significa ser inflexible, sino saber dónde acaban los compromisos porque quieres ser fiel a ti mismo.
Hacer frente a los no negociables
Si te encuentras con un punto de ruptura con tu pareja, no significa que tengas que poner fin a la relación inmediatamente. A veces, hablar y trabajar juntos en la relación puede conducir a soluciones. Discutir en la relación puede ser enriquecedor, si hay curiosidad por ambas partes. En otras palabras, si realmente quieres entender por qué tu pareja piensa diferente y si él/ella también quiere entenderte a ti. Esto crea un intercambio estimulante y, en el mejor de los casos, nuevas ideas y enfoques por ambas partes.
Pero si no hay acuerdo, hay que tener el valor de tomar decisiones que pueden ser dolorosas, pero que en última instancia son más justas para ambos.
La autoestima como prioridad
Este planteamiento suena muy drástico al principio. Pero no se trata de poner fin a una relación al menor desacuerdo. Para mí, las relaciones son valiosas si respetan las necesidades y valores de todos,así que se puede construir algo en conjunto. Esto significa cultivar relaciones en las que se valoran mutuamente y pueden ser auténticos juntos.
Los rompedores de tratos en las relaciones son algo más que preferencias
Son la expresión de nuestros valores y convicciones más profundos. Conocerlos y defenderlos es un signo de fortaleza y autoestima. Permanecer fiel a ellos requiere valor, honestidad y, a veces, decisiones difíciles. En última instancia, sin embargo, deberían ayudarte a encontrar relaciones más sanas para ti y también a ser más justo con tu pareja.