Hace casi 16 años que no vivo en mi país de origen, 14 de ellos estuve en una relación binacional. Durante este tiempo, he conocido a muchas otras parejas que también proceden de distintos países. La mayoría de mis amigos y de las parejas con las que trabajo tienen países de origen diferentes.
Un reto concreto que describen muchas de estas relaciones es el traspaso de la aventura a la cotidianidad.
Binacional = aventurero y extraordinario
En la fase inicial de una relación, tendemos a ver más las similitudes que las diferencias con nuestra pareja. En las relaciones binacionales, la realidad de dos distintos países de origen suele ocupar un lugar central.
La voluntad de unirse a pesar de sus diferentes países de origen es lo primero que tienen en común. Muchas comentan algo como: "Los dos somos aventureros, nos gusta viajar y hablamos idiomas diferentes. Tenemos la mente abierta y nos interesa conocer diferencias culturales".
Al principio tienen que superar grandes obstáculos
El amor en las parejas binacionales suele considerarse especialmente grande, ya que trasciende las fronteras y las barreras lingüísticas. Y sí, sobre todo al principio todo suele ser un poco más difícil y requiere más perseverancia y fuerza de voluntad para mantener la relación. Puede que hayas tenido que ocuparte de los derechos de residencia, de los cursos de idiomas, de cambiar de trabajo, de despedirte de tu país de origen y de la familia y amigos de tu país de origen, etc. Parejas binacionales por lo general enfrentan un listado de cosas que resolver para que pueden estar juntos de tal manera que finalmente le permite compartir su cotidianidad.
El paso de la especialidad a la cotidianidad suele ser más largo
Como primero hay que organizar mucho, a menudo las parejas binacionales se tardan más en asentar la vida cotidiana. Tienen que aclarar cuestiones como: ¿En qué país queremos vivir? ¿Cómo organizamos la visa? ¿Se pueden validar los estudios? Hasta que todos estos temas estén fuera de la mesa a veces pasan años.
Hasta eso les ha dado un propósito en común que también les ha distraído de otros aspectos importantes de la convivencia.
Los retos reales residen más en el día a día
En la convivencia diaria, muchas parejas binacionales que he conocido han tenido discusiones inesperadas, por ejemplo:
- "No puedes decir simplemente NO, eso hiere sus sentimientos".
- "Has comido sin ofrecer nada a nadie, eso es de mala educación".
- "De repente había cinco mujeres en mi cocina y cogían y utilizaban todo para preparar la comida, como si estuvieran aquí en casa."
- "Necesitaba algo de tiempo para mí, así que cerré la puerta. Podías seguir hablando con tus padres tranquilamente."
Lo más natural suele ser lo más raro también
Quizá sólo querías comerte tu sánduche mientras los demás estaban ahí sentados conversando. Ni se te habría ocurrido que eso puede ofender a alguien. El efecto sorpresa es enorme. No te lo esperabas. Lo mismo le ocurre a tu pareja. Nunca habría pensado que pudieras ser tan "imprudente". En estas situaciones, lo inesperado tal vez te hace ponerte a la defensiva. De repente cada uno está en su película y juzga al otro según las reglas de su cultura. Pero la otra persona ni siquiera conoce estas reglas.
Comprender las diferencias culturales es un proceso
Una estrategia de comunicación importante en las relaciones binacionales es seguir haciendo preguntas y no dar por sentado que ya entiendes por qué tu pareja ha dicho o hecho algo.
El compromiso y la valentía que ambos demostraron para hacer posible la relación reforzaron su vínculo al principio.
Esto también es importante en los momentos más mundanos de la vida: organizar la casa, pagar las facturas o incluso las decisiones sobre temas como, qué tan frecuente se invita a la familia son situaciones que requieren paciencia.
Muchos conflictos pueden mitigarse mediante la apertura, la comunicación y la voluntad de comprenderse mutuamente
Recuerda que es normal que surjan diferencias y que se trata de un proceso de adaptación cultural. Haciendo preguntas abiertas, practicando la escucha activa y mostrando voluntad de comunicación, puedes ayudar a fortalecer tu relación y superar los conflictos. Otra opción es buscar ayuda. Si crees que las cosas se están poniendo difíciles, también pueden consultar con un profesional.