Choque cultural y relaciones binacionales

Vivir en un intercambio cultural es extraordinario

Cuando vives en el extranjero o con una pareja de otro país, experimentas un contraste particular. Es emocionante, pero también involucra sus desafíos.

Muchas cosas que son completamente normales en tu país de elección o para tu pareja de otro país, para ti son raros o quizás incluso insoportables.

"¿Quién soy yo si acepto esto?". "¿Puedo conciliar esto con mis valores?". Este tipo de preguntas se plantean a menudo a los expatriados o a las parejas binacionales. La búsqueda de mayor comprensión y conexión se hace una constante.

 

¿En qué punto te encuentras actualmente en tu experiencia de intercambio cultural?

Al igual que en una relación, la experiencia en el extranjero pasa por diferentes fases.

Al principio, todo es nuevo y emocionante. Estás en tu elemento como observador/a y explorador/a de un mundo diferente. Estás entusiasmada/o y totalmente receptiva/o ante las diferentes impresiones.

En algún momento, llegan las primeras situaciones de choque. De alguna manera, aquí la gente es diferente. Te resulta difícil diferenciar lo que está bien y lo que está mal. A veces te sientes obligada/o a hacer o aceptar algo con lo que no te identificas en absoluto. O la gente te reclama haber hecho algo inadecuado, que para ti fue bien intencionado y jamás imaginabas ofender a alguien de esta forma. Esto es muy incómodo y tal vez tienes dudas de cómo afrontarlo.

La fase que sigue es crucial. Muchos vuelven a casa después de varios momentos de choque o se separan. Los que se quedan aceptan vivir con las diferencias.

Cada fase conlleva sus preguntas, decisiones y tareas. ¿En qué fase te encuentras tu ahora?

 

En mis sesiones con expats, a menudo oigo hablar de retos similares

Un tema que surge una y otra vez es la dificultad para hacer amigos y establecer relaciones de calidad. Uno se da cuenta de lo mucho que a veces echa de menos tener cerca a los amigos y la familia de su país de origen.

Hay muchos momentos de nostalgia, comparaciones con el país de origen, frustración con la burocracia y la condición de extranjero y esto puede llevar a momentos de soledad.

Las relaciones binacionales, en las que ambos miembros de la pareja tienen lenguas maternas diferentes, comentan mucho de los límites de la comunicación. "Cuando quiero explicar ciertas cosas a mi pareja, él/ella no lo entiende en mi lengua y para explicárselo en su idioma yo no encuentro las palabras".

También hay preguntas recurrentes: "¿Queremos quedarnos aquí para siempre?", "¿Deberíamos vivir en el país de origen de nuestra pareja también por un tiempo?", "¿Cómo mantenemos el contacto con la familia en casa?". Muchas veces se tiene la sensación de no llegar nunca. Ningún compromiso es la solución perfecta para todos.

 

El miedo a quedarse solo

Así que cuando te sientes desesperada/o por estos retos, hay miedos y preocupaciones importantes detrás de ello. Como, por ejemplo:

- Que te pierdas a ti misma/o en la relación o en el otro país porque sientes que tienes que adaptarte demasiado.

- Que no sientes que perteneces y no tienes un ancla sólida.

- Que tu voz no cuenta porque viene de fuera. A menudo te quedas solo con tu opinión y te preguntas si eres tú la/el loca/o o si son los demás.

- La incertidumbre de si las cosas seguirán igual para siempre o pueden mejorar.

Puede que te sientas como en un laberinto y desees tener una nueva dirección, porque asumes que simplemente no hayas encontrado aún el camino correcto.

 

¿Ha fracasado la misión en el extranjero?

Una de las principales razones por las que muchos de los expatriados con los que he trabajado eligen vivir en otro país es el deseo de abrirse.

Quieren practicar valores como la tolerancia y la apertura, quieren pensar con originalidad y establecer contactos fuera de su zona de confort. Pero puede que ocurre lo contrario. Meten la pata, son incomprendidos, quizá ya no se les invita o se les ve siempre como extraños. Sus amistades en el extranjero tienden a ser superficiales y esto les decepciona.

Si te ocurre algo así es muy incómodo porque, tal vez tu idea de ser una persona "cosmopolita" a la que le gusta socializar y que valora el contacto y la conexión con lo diferente, está en cuestión. Esto puede ser muy frustrante, es como si no te vieran por quién eres.

 

¿Qué se hace exactamente en mis procesos de acompañamiento a expats?

Eso depende mucho de tus expectativas e ideas individuales. ¿En qué consiste para ti/ustedes? ¿Buscas herramientas para liderar con las diferencias o necesitas tomar decisiones, más claridad o simplemente comprensión?

Seguramente ya has hecho mucho y has probado varias cosas, y queremos analizarlo juntos. Sin embargo, no existe un guión o guía predeterminado para estos retos.

Muchos de mis clientes están inicialmente interesados en compartir y procesar su experiencia. Buscan comprensión. Eso les ayuda a ganar confianza y tomar decisiones o asumir una nueva postura. En el caso de las parejas en particular, como observadora puedo señalar más fácilmente las diferencias culturales existentes y mediar para facilitar empatía.

 

¿Cuánto dura un proceso así?

El asesoramiento no tiene una duración ni un número de sesiones preestablecidos. Siempre trabajo en función de la situación y me centro en tus necesidades y objetivos. Puede ser un proceso de atención en pareja, un acompañamiento individual de varias semanas o meses, o tal vez solo buscas una a varias sesiones para procesar y tener mayor claridad.

 

¿Cómo continuar?

Si te encuentras en una situación similar a la que acabo de describir y buscas apoyo profesional en este momento. Aquí puedes reservar una primera consulta gratuita conmigo, (15 minutos por ZOOM) para que pueda responder a todas tus preguntas sobre el proceso.

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