Por un lado, tener una pareja de otro país puede ser muy emocionante. Se aprende mucho sobre una cultura diferente, quizá incluso sobre otro idioma, y los horizontes se amplían enormemente con cada experiencia que se vive.
Sin embargo, lo que es emocionante al principio también puede llegar a ser agotador con el tiempo. Las sorpresas interesantes se vuelven repetitivas y a veces uno desea que las cosas fueran más sencillas.
Los retos especiales de una relación binacional
Cada relación conlleva diferentes desafíos. En las relaciones binacionales se añaden algunos temas más, como, por ejemplo:
– Barreras lingüísticasA veces no encuentran las palabras indicadas para explicar algo a su pareja.
- Valores culturales diferentes: Cada uno ha sido moldeado por valores distintos.
- Cuestiones logísticas: ¿Dónde queremos vivir juntos? ¿Contigo, conmigo o en un lugar neutral? Esto también plantea cuestiones legales, como si alguien necesita un visado, el reconocimiento de los estudios y posibilidades laborales.
En general, se exige más a la comunicación y la creatividad, y ambas partes suelen desear que todo fuera más sencillo.
5 impulsos para una comunicación «más fácil» en las relaciones binacionales
Tomar una postura de aprendiz en vez de maestro
Un factor que puede resultar estresante es que haya que explicar más cosas. Tu pareja no conoce muchos aspectos de tu cultura y a menudo tienes que explicárselo varias veces. O hay temas que son importantes para ti y quieres que tu pareja no sólo los entienda, sino que también los asimile.
Esto puede llevarte a adoptar un rol de docente, lo que desequilibra la relación. Si ambos se ponen más en un proceso de aprendizaje y miran lo que están aprendiendo en vez de lo que tienen que aprender o enseñar, se quitan de encima la presión de tener que rendir para la relación.
Preguntar con confianza
El choque cultural puede ser chocante. Esto hace que de repente veamos a nuestra pareja de forma diferente. Al mismo tiempo, esta persona sigue siendo tu pareja. Preguntar con confianza significa preguntar, sin dudar de que el otro es de confianza..
Grenzen kennen und besprechen: Wo sind die Dealbreaker?
Querer aprender de las diferencias culturales no significa aceptarlo todo. Ambas partes pueden establecer límites y señalar las consecuencias.
Ejemplo: «Entiendo que el contacto con la familia es importante en tu cultura, pero no quiero comer con tus padres todos los domingos. Para mí es importante que también tengamos tiempo para nosotros y nuestros amigos».
Por eso, cuando se trata de ciertos temas, es importante encontrar desde el principio una solución que sea justa para los dos. Si esto no es posible, tendrán las mismas discusiones una y otra vez. ¿Si tu pareja no puede aceptar tus límites, qué consecuencias habrá?
Volver a la base: ¿qué tienen en común?
Aunque las diferencias son más llamativas, ayuda recordar lo que tienen en común. Deberías tener la sensación, que jalan en la misma dirección.Los valores son como la brújula del barco de las relaciones. ¿Cuáles son sus valores y visiones comunes? ¿Siguen en la misma línea?
Momentos personales y compartidos: Cada uno cultiva también su propio jardín
Debido a los retos de una relación binacional, ambas partes suelen centrarse demasiado en la relación. Es importante que ciertas decisiones, como cambiar de país, no se tomen sólo por el bien de la relación, sino también por las posibilidades que veas para ti en este nuevo contexto.
La sencillez no siempre es sencilla
Los impulsos antes mencionados conllevan naturalmente sus propios retos. Significa examinarse a uno mismo y a la relación. Es importante ser honesto con uno mismo y con la pareja y mantener un diálogo constante. Esto aporta ligereza al prevenir discusiones y haciendo la comunicación más justa. Ambos miembros de la pareja deben sentirse seguros y comprendidos y la comunicación puede tener lugar a la misma altura a pesar de las diferencias.