Tres conceptos que no siempre aplican
Las relaciones binacionales suelen traer a la mente muchos retos: países e idiomas diferentes, grandes diferencias culturales y ejercicios de equilibrio. Hasta ahora he hablado mucho de estos retos,pero tampoco es siempre complicado. Tres mitos que me gustaría desmentir aquí.
Mito 1: Las parejas binacionales siempre viajan
Mucha gente cree que estar en una relación binacional significar estar constantemente de viaje para visitar los países de origen de ambos. Aunque viajar puede ser importante para ver a la familia y los amigos, no es necesariamente más frecuente que en otras familias. Muchas parejas binacionales llevan un estilo de vida que no difiere tanto del de los demás. Gastar y hacer tiempo para el viaje parece ser un limitante. Sin embargo, finalmente suelen ser las vacaciones de verano que otras parejas y familias planean también.
Mito 2: Las barreras lingüísticas son un problema constante
Otro concepto erróneo es que las parejas binacionales se enfrentan constantemente a barreras lingüísticas. De hecho, las diferentes lenguas maternas pueden ser un reto, como ya he descrito aqui. Pero muchas parejas encuentran formas creativas de comunicarse. A menudo desarrollan su propia mezcla de idiomas o utilizan una tercera lengua común. Esta diversidad puede incluso enriquecer la comunicación y fortalecer la relación.
Mito 3: Las diferencias culturales provocan conflictos frecuentes
A menudo se asume que las diferencias culturales en las relaciones binacionales conducen constantemente a la necesidad de encontrar compromisos. Aunque las diferencias culturales pueden ser un “problema”, muchas parejas desarrollan un aprecio más profundo por las perspectivas del otro. Aprenden a celebrar las diferencias y a utilizarlas para enriquecer la relación. El respeto mutuo y la curiosidad suelen ser más fuertes que los desafíos. También puede ser beneficioso para la relación porque la comunicación se pone a prueba en una fase más temprana de la relación. He observado que muchas parejas binacionales hablan mucho entre sí e intercambian ideas constantemente.
Aprovechar los retos como oportunidades
Las relaciones binacionales tienen sus peculiaridades, pero muchos de esos supuestos «problemas» son también oportunidades. Como en cualquier relación, la comunicación, la comprensión y el respeto son fundamentales. En última instancia, son estos valores universales los que hacen que una relación tenga éxito, independientemente de la nacionalidad.