Las emociones fuertes son inevitables en una relación de pareja
Sin embargo, pueden desequilibrarnos y hacer que nos comportemos a la defensiva. La comunicación de igual a igual es crucial para la relación y para afrontar los conflictos de forma constructiva.Pero, ¿qué significa realmente comunicación a la misma altura y por qué los sentimientos fuertes la hacen más difícil?
Comunicación a la misma altura: ¿qué significa?
Podemos comunicarnos a distintos niveles.
- De arriba para abajo: Como una autoridad. Por ejemplo, de padres a hijos.
- De abajo para arriba: Desde la sumisión. Por ejemplo, un niño a sus padres.
- A la misma altura: Como dos adultos frente a frente como iguales.
Para comunicarme a la misma altura, tengo que reconocer que mi interlocutor tiene una posición de igualdad, por eso no intento dominarlo ni menospreciarlo. También tengo que reconocerme a mí mismo como un igual, es decir, no sumergirme. Este tipo de comunicación favorece la escucha mutua y la resolución de conflictos. También es una señal clara de que hay respeto y confianza.
¿Por qué las emociones fuertes dificultan la comunicación a la misma altura?
Las emociones fuertes, como la ira, el miedo o la tristeza, pueden mermar nuestra capacidad de comunicarnos racionalmente. En situaciones cargadas de emociones, tendemos a caer en reacciones de protección, como la defensa, el ataque o la retirada. Estas reacciones suelen ser inconscientes y nos dificultan escuchar realmente a nuestra pareja y mantener la igualdad. En la defensa, pasamos a ser ofensivos, lo que significa que intentamos dominar, demostrar que tenemos razón, acusar, etc. O buscamos protección en la impotencia, como un niño que suplica ser rescatado.
Estrategia para permanecer a la misma altura
Las emociones nunca surgen a causa de la otra persona, sino siempre porque lo que la otra persona ha dicho desencadena algo en ti que se relaciona con tus necesidades. Por eso las mismas declaraciones o acciones desencadenan reacciones diferentes según la persona. Para permanecer en pie de igualdad a pesar de las emociones fuertes, tenemos que encontrar el camino de vuelta a nuestras propias necesidades. Este enfoque también lo defiende Marshall Rosenberg fundador de la comunicación libre de violencia. Rosenberg sugiere:
-
Tomarse un momento:
Cuando las emociones están en ebullición, hacer una pausa y respirar conscientemente puede ayudarte a encontrar el camino de vuelta a ti mismo. Tómate un momento para respirar. Esto reduce el estrés y crea espacio para pensar con más claridad.
-
Identifica tus pensamientos:
Las emociones se desencadenan por los pensamientos que surgen en ti sobre el tema. Identificar los pensamientos también significa reconocerlos como tales. Son sólo pensamientos, no son la verdad, son lo que estás pensando sobre tu sobre la situación en este momento. Intenta registrarlos sin juzgarlos inmediatamente.
-
Ponte en contacto con tus propias necesidades:
Si te vienen esos pensamientos y sentimientos sobre este tema, ¿qué significa? ¿Qué necesitas en este momento? ¿Qué necesidad hay detrás de tu enfado o miedo? Necesidades pueden ser: comprensión, cercanía, atención, paz, justicia, seguridad, autonomía, etc...
-
Expresa sentimientos y necesidades:
- «Lo que acaba de pasar me ha provocado miedo porque justicia es importante para mí. Para confiar necesito saber que hay justicia».
- «Cuando oigo algo como lo que acabas de decir, me enfado porque no siento que me traten con igualdad». (Necesidad: respeto o igualdad)
- «Intentas ayudarme con tus consejos, lo cual es bien intencionado. Pero aún me siento muy triste y necesito primero cercanía y comprensión.»
Comunicarse a la altura de los ojos requiere práctica
Reaccionar de forma tan consciente en un conflicto no se consigue de la noche a la mañana. Un buen comienzo es identificar ciertos desencadenantes y reconocer por uno mismo cuándo se desencadenan y qué necesidades hay detrás de ellos. Para ello, ayuda recordar qué personas o comportamientos suelen provocarte usualmente y qué necesidades hay detrás de ellos, de modo que te hagas una idea de tus necesidades básicas.
A pesar de toda práctica, a veces las emociones nos sobrepasan. Entonces, es mejor hacer una pausa. En casos extremos, acuerda interrumpir la conversación durante un tiempo para calmarte y volver con la cabeza más despejada.